Impresiones sobre La Trampa del Paraíso Perdido - Obra de Danza


Impresiones sobre la obra de Rhea Volij y Patricio Suárez.


TÍTULO: “LA TRAMPA DEL PARAÍSO PERDIDO”...

Pues la trampa se opone a la traición y, en este caso, el título de la obra funciona como aquello a lo que se va a enfrentar y va a enfrentarnos. Porque hay títulos que cobijan, otros que definen, títulos que marcan una identidad y otros que proponen un desafío, como éste. Entonces: ¿cómo enfrentarse a una de la más poderosas y antiguas trampas de la humanidad? Respuesta: presentando desde el vamos aquello que pueda hacerla estallar, quebrarla, desviar la caída en dirección a esa trampa.
¿De qué modo un cuerpo es capaz de presentarse la traición y hacerla danzar frente a la trampa? ¿Cuándo el paraíso y la trampa son dos cosas muy distintas y no sinónimos, como posmodernamente creemos? ¿En dónde caemos cuando no caemos en la trampa?
El problema inicial consiste en: poder mezclar de nuevo, de otro modo, desde otro lugar: volver al paraíso, pero con una sonrisa. Con esa sonrisa con la que se presentaba el gato de Alicia, pero que acá devela a una mujer, que pronto se multiplicará –ya era múltiple- en varias.

ALGO VA A NACER, de eso se trata toda la obra. Y así, desde esa no-imagen, es dónde se despliega el misterio… y cómo las mujeres dicen el secreto. Lo que podía traicionar a la imagen-idea de que –en definitiva- la trampa del paraíso perdido la realizamos entre nosotros, cada día de nuestra existencia, era, y es acá, que lo que había que hacer era preparar –inventar- un cuerpo (que sean tres cuerpos en escena hacen más evidente esta necesidad) apto para hacer nacer potencias capaces de lo que su capacidad previa no disponía, semióticamente hablando. O sea, un cuerpo se prepara para conocer de lo que es capaz, esa ya es una potencia terrible, solo posible cuando el paraíso no ha sido perdido (cuando esa “pérdida” era un falso problema). Luego, ese cuerpo encuentra que lo que crea o hace nacer, no coincide con aquello de lo que era capaz y, precisamente por eso, el objetivo –la obra- se cumple y el único final posible es continuar el camino, seguir el trayecto sin dirección prefijada, una vida virgen, un paraíso acá.



Lo molecular posee una vida autómata, liberada de las peripecias de una idea-sujeto, de una idea-ser, de una idea-voluntad, y así… Acá no hay cyborgs, ni entidades mecánicas, sino más bien ánimas llevadas a su máxima expresión, la de la materia subatómica, produciendo asombros y risas en sus encuentros con lo que sabemos del mundo, con sus ropas, sus poses, sus músicas, sus sombras y ecos. Acá hay, cómo no verla, una crítica plural a todo modo tecnificado de manera tal que se reitere ad infinitum, que quiera reiterarse así, igual y sin otra modificación que la que da la insistencia en lo mismo. Estos modos en la danza mueren, pero antes viven la crisis que los hacen mortales. Por eso es que acá hay crítica, no discursos ni slogans. La danza logra hacer primero en estos cuerpos algo vivo, luego sí, les da la potencia de morir: por lo tanto de transmutar. Así recuerdan -o directamente de golpe saben- que están en el paraíso, o que la trampa era preguntarse si estaban o no ahí. No se puede perder lo que nunca se tuvo…

Queda una función en el CCC. Reservan por:
http://www.alternativateatral.com/obra64890-la-trampa-del-p…
Intérpretes: Popi Cabrera, Malena Gianquinta, Rhea Volij
Música: Patricio Suárez
Escenografía: Sandra Iurcovich
Vestuario y Maquillaje: Silvia Zavaglia
Dirección y Coreografía: Patricio Suárez y Rhea Volij
Jueves 20.30 hs. en el Centro Cultural de la Cooperación.
Última función, jueves 18 de julio 2019.
NO SE LE PIERDAN!!!

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